El alcalde afirma que la nueva Biblioteca municipal, que está al 50% de ejecución, será un espacio de referencia para la ciudad

El alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, junto al delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, han visitado los trabajos de adaptación a biblioteca del antiguo cuartel de la Policía Local, ejecutados actualmente en un 50 por ciento y ha destacado el buen ritmo de una obra “emblemática” que quedará a disposición de la ciudad para su uso a finales del próximo curso académico, al tiempo que se mostraba convencido de que será una dotación “muy utilizada” con la que se viene a dar respuesta a una demanda de los almerienses y “a paliar el déficit que supone que en toda la ciudad solo exista una biblioteca, la Francisco Villaespesa, dependiente de la Junta, que todos los años se convierte en noticia porque es mucha la gente que quiere acceder a estudiar y no puede por problemas de espacio o de horarios”.
El primer edil ha explicado que “queremos hacer de la nueva biblioteca un punto de referencia de la ciudad, al servicio de todos los estudiantes de Almería, de los investigadores, para niños, jóvenes y mayores a través de los diferentes usos que tendrán cabida en cada uno de los espacios con los que cuenta este inmueble, una vez quede culminada su adaptación y rehabilitación”.
Requerido sobre el proceso participativo anunciado para la elección del nombre de la nueva biblioteca, Fernández-Pacheco ha adelantado que “será en otoño cuando se decida sobre el mismo” y ha insistido en que “será decidido por los almerienses. La avalancha de sugerencias de nombres para este nuevo espacio ha sido tal que entendemos necesaria una selección previa entre todas las candidaturas”, ha precisado.
Por su parte, el delegado del Gobierno, Antonio Sanz, ha afirmado que el proyecto de remodelación “pone en valor un lugar lleno de historia”  y constituye “una fotografía excepcional” de una forma de entender la política y avanzar en la búsqueda de resultados, que es “construir y sumar” mediante “la colaboración entre administraciones”.
Las obras de adaptación del inmueble, que se iniciaron el pasado 30 de septiembre, permitirán a los almerienses “disponer de un espacio moderno para el acceso al conocimiento”, a la vez que se garantiza la conservación de un “edificio histórico” que desempeña en la ciudad un “papel primordial como “agente activo de fomento de la lectura”. 
Fruto del convenio de colaboración suscrito en febrero del pasado año entre el  Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas y el Ayuntamiento de Almería, la inversión de esta obra, ejecutada por la empresa Albaida, está cifrada en 1.526.261,78 euros, de los que 650.000 son aportados por la Administración General del Estado.
Las actuaciones se desarrollan sobre el inmueble construido en 1935 por el arquitecto Guillermo Langle Rubio, que está catalogado desde el año 1986 en grado 2 de protección, con características estructurales o volumétricas de interés para la sociedad. Sanz ha recalcado que constituye “la más importante y mejor conservada obra del racionalismo almeriense de preguerra”. 
El proyecto de reforma fue redactado por los arquitectos Helena de Sebastián Ochotorena, Rosa Ballester Espigares e Ignacio Espigares Enríquez, ganadores del concurso de ideas convocado por el Ayuntamiento de Almería y que fue presentado por sus autores bajo el nombre de “Tri-teca”. 
Desarrollo de los trabajos
Los trabajos, en una primera fase, se han centrado en las demoliciones interiores y el refuerzo de la estructura existente, simultaneando esta parte de obra con el acondicionamiento del patio trasero, elevándolo a la cota de planta baja de forma que éste pueda ser utilizado como una prolongación del edificio al exterior.
También se ha eliminado el revestimiento de fachada existente y se han consolidado las soleras que presentaban hundimientos. Se han realizado igualmente los cargaderos en muros de carga para poder abrir huecos que permitirán nuevas zonas diáfanas, todo ello según el proyecto de ejecución y los trabajos de cubrición del edificio, mediante nuevos forjados de cubierta, así como la realización de nuevos forjados de planta que refuerzan los existentes. Junto a los acabados interiores están finalizados los trabajos referidos a instalaciones de red eléctrica, prevención de incendios, etc.
Ahora es, según los técnicos municipales, cuando verdaderamente se empiezan a vislumbrar y visualizar los resultados del avance de la obra, lo que más gusta ejecutar del proyecto, tras una fase más complicada.
Tri-teca
El proyecto redactado por los arquitectos De Sebastián Ochotorena, Ballester Espigares y Espigares Enríquez  contempla espacio suficiente para la disposición de la sala de lectura, sala infantil, vestíbulo, hemeroteca, mediateca, sala para albergar fondos bibliográficos antiguos, depósito con estanterías, salón de actos e incluso de una sala de servicios múltiples. 
El edificio, con una superficie construida de más de 2.000 metros cuadrados, dispondrá de un vestíbulo en la planta baja, donde también se ubicará la zona de información y préstamo, un salón de actos de casi 11 metros cuadrados. La sala infantil será de 125 metros cuadrados y la mediateca, de 272. 
La primera planta albergará una sala de lectura de 557 metros cuadrados, una sala de lectura “chill-out”, una sala de estudio de 28 metros cuadrados, hemeroteca y la administración. Ya en la última planta se ubicará el archivo antiguo, con 219 metros cuadrados, una sala multiusos de 97 metros y la cafetería con 114 metros cuadrados. Uno de los espacios singulares también del proyecto se encuentra en la terraza del edificio, que servirá como espacio de hostelería.
El inmueble, construido en 1935 por el arquitecto Guillermo Langle Rubio, está catalogado desde el año 1986 en grado 2 y constituye la más importante y mejor conservada obra del racionalismo almeriense de preguerra.