La Pasión luce todo su esplendor en la tarde del Lunes Santo

La Hermandad de Pasión derrochó esplendor y elegancia por las calles de la ciudad en un Lunes Santo atípico donde la Macarena no procesionó. A las seis y media de la tarde las puertas de la iglesia de Santa Teresa se abrieron para iniciar el recorrido procesional de La Pasión con un cortejo de cerca de 250 nazarenos y una amplia guardería, futuro de esta hermandad. En el interior del templo se escuchó el llamador del Señor de Pasión y a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de la Asunción de Jódar, interpretando la Marcha Real, El Milagro y Salus Christi, comenzó a procesionar majestuoso Nuestro Padre Jesús de Salud y Pasión.
Minutos después volvió a sonar el llamador en el interior del templo y el trono de María Santísima de los Desamparados realizó su primera levantá con los acordes del Himno y Reina de los Desamparados, una marcha propia de la Banda de Música de Santa Cecilia de Sorbas, dedicada a la titular de la hermandad.
Con 'Pasa la Virgen de Macarena' y 'María Santísima de la O', el palio discurrió por Canónigo Molina Alonso hacia la rambla para llegar a la Plaza Emilio Pérez. Desde este enclave la cofradía se dirigió hacia Marqués de Comillas para entrar por General Tamayo al Paseo de Almería.
Minutos antes de las siete y media de la tarde, la corporación pidió la venia para entrar en Carrera Oficial. Especial fue, sin duda, la llegada de la cofradía a la Plaza de la Catedral sobre las nueve y cuarto de la noche. Allí, la hermandad se dirigió hacia la Casa Sacerdotal San Juan de Ávila ya que la cofradía la nombró recientemente Hermanos Honorarios. Ambos pasos se detuvieron en este enclave tras modificar dos calles de su recorrido para acercar tanto al Señor de Pasión como a la Virgen de los Desamparados a este edificio en el que conviven multitud de sacerdotes, algunos ya jubilados.
Apasionante fue también cuando la cofradía abandonó la plaza de la Catedral por Cubo, Bendicho y Masnou para encarar la calle Real hacia Gravina y allí postrarse, un año más, ante la Patrona de todos los almerienses, la Virgen del Mar.
Después de esto, la corporación emprendió el camino de regreso por Gerona, Emilio Pérez y Canónigo Molina Alonso para hacer su entrada en Santa Teresa.