Miércoles Santo, el Prendimiento su protagonista

Miles de personas se concentraban en los aledaños de la Catedral ansiosos, miradas furtivas al reloj, al móvil, a la gran puerta, a la espera de que por fin dieran las seis y cuarto de la tarde, momento en el que la Real e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento, el Señor Cautivo de Medinaceli y Nuestra Señora de la Merced iniciaban su estación de penitencia.
Tras la levantá asomaron airosos, con el impecable porte que caracteriza al conocido por todos como “Prendi” los pasos de misterio dirigidos magistralmente por sus capataces David Marín y el histórico Carlos Galice y una de las más destacadas cuadrilla de costaleros, como así ha dejado constancia con el impecable trabajo realizado por sus costaleros bajo las trabajaderas. Un cortejo procesional que no dejó indiferente a nadie, superando los trescientos nazarenos sumado a sus pasos que conforman uno de los patrimonios artísticos cofradieros más importantes de nuestra provincia.
Llegó el esperado momento de ver al Señor de Almería, el Cautivo de Medinaceli, la Plaza de la Catedral se alzó en un sentido aplauso y de rostros emocionados que no pudieron reprimir las lágrimas ante la grandeza del Cautivo
 
Otro de los momentos más emotivos de la noche se produjo con la dificultosa salida del paso de palio de la Santísima Virgen de la Merced. Un paso que pesa más de mil cien kilos de plata, manto y palio bordados en oro y que  tan sólo son veinte los costaleros que entran dentro del paso en el momento de llevar el paso a tierra para la salida.
La calle Real volvió un año más  a convertirse en la expresión de devoción más intensa hacia la Señora de la Merced, con la gran petalá que realizaron los jóvenes de la cofradía, siendo, junto a la Carrera Oficial, uno de los grandes momentos de una magnífica noche de Miércoles Santo.