El Estadio de los Juegos Mediterráneos se convirtió anoche en una auténtica fiesta. La Rojita se impuso a Georgia por cinco a cero, en un partido en el que España tuvo que trabajar para madurar a un rival luchador.España y Georgia se presentaron en el Mediterráneo con el mismo esquema, 4-4-2, pero con distinto talante. España era dueña del balón, el partido se jugaba en terreno enemigo, pero faltaba ese último pase que dejara a los delanteros en posición ventajosa.
En el primer cuarto los metas no se vieron exigidos. Un gatillazo de Willians rozando la escuadra y otro de Papunashvili, que se perdió junto al palo fue lo único reseñable.
Deulofeu ponía el broche de oro a una noche plena de acierto de cara al portal rival con la consecución del quinto gol de España y el tercero de su cuenta particular.