Sabado, 20 Abril 2024

 


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De Lucainena a Agua Amarga’: más de 50 personas asisten a la primera ruta del ciclo ‘Trenes y Minas’ de Amigos de la Alcazaba

Dar a conocer sobre el terreno la historia del patrimonio ferroviario almeriense en relación con la minería es una de las nuevas actividades emprendidas por la Asociación Amigos de la Alcazaba, en esta ocasión en colaboración Amigos del Ferrocarril y que  ha realizado la primera ruta denominada “Trenes y Minas” dedicada a Lucainena de las Torres, un enclave fundamental de la minería almeriense.
La visita contó con la asistencia de más de 50 personas, que estuvieron guiados por dos de los mejores especialistas en patrimonio industrial y ferroviario: Andrés Sánchez Picón, catedrático de la Universidad de Almería, y Antonio Aguilera, de Amigos del Ferrocarril.
Para Lucainena de las Torres, que forma parte desde 2013 de los “Pueblos más bonitos de España”, aquellos años mineros fueron su “edad de oro”. Para corroborarlo sólo hay que mirar los datos demográficos. En 1900 su población era cinco veces superior a la actual, con comercios, numerosos artesanos y profesionales. De todo aquello les queda “la herencia de un importante patrimonio cultural que merece la pena que sea mejor conocido, conservado y disfrutado por todos los almerienses”, apuntan desde Amigos de la Alcazaba.
Las instalaciones mineras de Lucainena fueron una iniciativa empresarial de la “Compañía Minera de Sierra Alhamilla”, de los industriales Ramón de la Sota y Eduardo Aznar. Las explotaciones iniciales se mejoraron con la construcción de ocho hornos de calcinación para mejorar la proporción metálica del mineral. Cada horno tenía una capacidad de 50 toneladas de mineral calcinado por día. Gracias a la ruta de Amigos de la Alcazaba y Amigos del Ferrocarril, los participantes pudieron ver estos hornos que aún se conservan junto a otros restos de aquellas instalaciones mineras.
“Una vez calcinado, el mineral se llevaba en vagonetas hasta el ferrocarril que construyó en 1895 la “Compañía Minera de Sierra Alhamilla” y que fue la línea ferroviaria minera más larga de España en su momento, con más de 35 kilómetros. Su objetivo era llevar el mineral hasta la costa de Agua Amarga, debiendo salvar ramblas y barrancos con puentes. La línea contaba además con varias estaciones”, explican los expertos. Los participantes recorrieron un tramo de 5 kilómetros de esta línea, que está adaptada como Vía Verde, lo que permite contemplar el bello paisaje de la zona, un oasis de huertas, vegetación autóctona, almendros, ahora en flor, o molinos de agua. 
Aquella línea llegaba hasta Agua Amarga, donde el mineral se almacenaba a la espera de ser transportado desde su puerto minero. Hasta 1931 se exportaron más de 4 millones de toneladas. Cuando en 1942 salió el “Bartolo”, el último barco, las minas se cerraron definitivamente.
 

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