Nuestro Padre Jesús de la Salud inicia una semana de devoción en Roquetas de Mar

El único paso de Semana Santa que salía el Domingo de Ramos en Roquetas de Mar, lo hacía desde la Casa de Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Amargura de El Parador, donde los costaleros hacían la primera levantá de la Semana Santa roquetera portando a Nuestro Padre Jesús de la Salud en su Entrada triunfal en Jerusalén que recorría, junto a los cofrades y autoridades las calles del Parador a los sones de la Banda Agrupación Cristo de las Aguas de Olula del Río.
La Borriquita sobresalía sobre un fondo de flores y palmas, en este su décimo aniversario de la bendición, acompañados de una muy nubosa tarde que amenazaba lluvia en cualquier momento, hicieron que, a pesar de ello, fueran varios miles de personas las que se congregaran para esta primera procesión. A los pocos minutos de salir la lluvia hizo su aparición y hubo que cortar por las calles cercanas y regresar inmediatamente a la Casa de la Hermandad debido a una incipiente lluvia que amenazaba con ser más intensa a medida que avanzara la tarde.
Acompañando los niños hebreos con sus olivos y palmas en todas la parroquias a todos los sacerdotes del municipio de Roquetas de Mar, daban comienzo en la entre soleada y nublada mañana del domingo las distintas procesiones de los ramos de olivo y palmas, cada una atendiendo a las características de la zona.
Madrugaba el Puerto de Roquetas en los alrededores de la Ermita de la Santa Cruz para, tras la bendición encaminarse al templo parroquial, minutos más tarde hacían lo mismo en las 200 Viviendas portando un pequeño paso los niños ataviados como hebreos mientras que en Aguadulce era el templo de la Virgen del Carmen el escenario de la procesión de los ramos.
La puerta del templo de la Patrona centraba a media mañana la atención cuando el Párroco acompañado del Alcalde y miembros de la Corporación Municipal y otras autoridades iniciaban la procesión que encabezaba un pollino con un Jesús rejuvenecido acompañado de numerosos niños hebreos que llenaban de luz y color el centro histórico de Roquetas de Mar donde también se concentraban numerosos turistas y visitantes que acompañaron el cortejo.