Roquetas protagoniza la consagración del primer templo ortodoxo rumano de nueva construcción de España

La comunidad de origen rumano residente en Roquetas y también todos los rumanos de Almería, Andalucía e incluso España, vivieron este fin de semana un hito histórico con la ceremonia de consagración de la primera basílica ortodoxa rumana de nueva planta que se ha levantado en España, dedicada en Roquetas al Bautismo del Señor. Una ceremonia que fue seguida por cientos de fieles y a la que asistieron numerosas personalidades religiosas y civiles.
Fue el principal consagrante monseñor Jopsif, arzobispo de la metropolita ortodoxa rumana de Europa Occidental y Meridional, con la colaboración de monseñor Timoteo, obispo ortodoxo rumano de España y Portugal, y del párroco ortodoxo de Roquetas, el padre Adrián, y numerosos religiosos ortodoxos. El obispo de Almería, monseñor Adolfo González Montes, asistió también a la última parte de la celebración.
Estuvieron asimismo el secretario de Estado del Ministerio para los Rumanos residentes en el Exterior, Victor Ionescu, así como el director de proyectos europeos y la directora de comunicación del mismo ministerio y el cónsul de Rumanía en Almería, Robert Claudio, además de los cónsules de Sevilla y Barcelona, presidentes de diputación de Rumanía y alcaldes de municipios del país del este. Como anfitrión, el alcalde de Roquetas, Gabriel Amat, el concejal de Servicios a la Ciudadanía, José Galdeano, y el concejal de Turismo, Luis Miguel Carmona.
Gabriel Amat resaltó la importancia de este acto en una ciudad que cuenta con una de las mayores comunidades de rumanos de España, en proporción a su población, y la satisfacción de que las distintas culturas se encuentren hermanadas y convivan, y que perduren las raíces de cada uno, reflejadas en que la construcción de este templo haya sido posible. 
La ceremonia de consagración se celebró de nueve de la mañana a dos de la tarde. Los asistentes fueron recibidos en primer lugar dentro del templo, ubicado en Las Salinas, en la avenida Asturias. Poco después se inició una procesión en torno al templo, que permanecía vacío. En cada punto cardinal se detuvo la comitiva de los clérigos para ungir con crisma en cada una de las fachadas el símbolo del Crismón (las letras P y X cruzadas, símbolo de Cristo).
A continuación se consagró la puerta de acceso, con la solemne llamada realizada por los obispos mientras el párroco roquetero permanecía en el interior. Entre himnos de alabanza, el templo se llenó de fieles. Se leyó el decreto de consagración de la parroquia, un documento que se introdujo en el interior del altar para la posteridad. 
Después vino la solemne consagración del altar e interior del templo y la celebración de la Eucaristía, con el canto de numerosos himnos y el recogimiento propio de la ceremonia, así como numerosas muestras de emoción reflejadas en los rostros de los fieles y, especialmente, en el del párroco ortodoxo de Roquetas, el padre Adrián, al ver culminado un proyecto en el que la comunidad ortodoxa rumana se ha volcado durante una década.