Miguel Ángel Suanez Majo Tabernero de las Fiestas de Tabernas 2013.

El municipio almeriense de Tabernas se vistió este fin de semana con sus mejores galas ya que llegaba el momento más esperado del año de sus habitantes. La celebración de la Feria de Tabernas en honor a la Virgen de las Angustias.

Bajo el incomparable marco del Castillo que preside este hermoso pueblo y con las estrellas de un cielo de una apacible noche de verano, se llevó a cabo el acto inaugural de unas fiestas que como bien recordaba su alcaldesa Mari Nieves  Jaén, se caracterizan por su hospitalidad.

Fiestas que pese a los tiempos de crisis que corren se han logrado organizar con un bajo presupuesto, el cual no ha sido un obstáculo para dar a todos los habitantes y visitantes unas actividades de calidad para todos los públicos.

Una mágica noche, la que se vivió en Tabernas este pasado sábado en la que Mercedes Gómez, una mujer muy querida y reconocida por todo el municipio pronunció un sentido pregón lleno de cariño y emoción.

Posteriormente se llevó a cabo la proclamación de los majos y las reinas de Tabernas 2013. Una elección que no fue fácil para el jurado, y que dio como resultado el que se escogiera a Miguel Ángel Suanez como Majo Tabernero. Un nombramiento que Suanez recogió con orgullo, ya que durante todo un año será el encargado de llevar a gala el nombre de Tabernas en todas y cada una de las actividades o actos en los que participe.

La reina de este año  es Carmen Cano, el cual acompañará en las labores de representación Suanez.

Otra de las protagonistas de la noche fue sin duda la reina infantil,  Alejandra Martínez, la cual era coronada por la que hasta ese momento había ostentado el honor de llevar la corona de los más pequeños.

Un acto que estuvo dirigido por la periodista y directora de Digital 28, María José Vilaplana, a la cual le unen grandes lazos con Tabernas, además de un gran cariño por esta tierra almeriense.

Fiestas en las que no ha podido faltar la misa y la procesión en honor a la Virgen de las Angustias y en la que como bien apuntaba su alcaldesa, no caben las penas, sino las alegrías.