El polen de los cipreses y pinos comienza a 'atacar' a los alérgicos

El polen comienza a hacer de las suyas y los alérgicos se preparan para su particular batalla. La flora almeriense se está volviendo loca con estos cambios tan bruscos de temperatura, consiguiendo que los í­ndices de polen se disparen.

La pasada semana la cupresácea, el polen de los cipreses o de los enebros, por ejemplo, alcanzaba los 90 gramos por metro cúbico. Lo que está llevando a que los alérgicos al polen del ciprés vivan dí­as intensos con sí­ntomas oculares como picor y lagrimeo continuo, estornudos y secreción de nariz. Hay más cipreses en la ciudad y eso se nota, porque el año pasado el nivel del polen de este árbol no alcanzaba los nueve gramos por metro cúbico. Se está utilizando mucho esta planta para la ornamentación de calles y en urbanizaciones, donde se coloca como cortavientos y eso ha desencadenado un repunte de alergias.

La gramí­nea aún no está haciendo de las suyas, los niveles no han superado ni los tres gramos por metro cúbico. Los cipreses y los pinos, además de ser meros objetos de decoración, tienen que soportar la contaminación de la ciudad, lo que los hace más agresivos, algo que también tienen que padecer los alérgicos. Entre las recomendaciones, los expertos hablan de comenzar cuanto antes con los tratamientos, es decir, que sea prevenido.