A las doce y veintiún minutos de esta noche, la primavera hacía su entrada. Para muchos, una estación que reaviva el positivismo, las ganas de hacer más cosas. Una buena estación para salir y comenzar a disfrutar del buen tiempo. Sin embargo, para los alérgicos al polen, suele ser un suplicio. En estos días, toda precaución es poca.
Para unos, sinónimo de buen tiempo, para otros de estornudos, rinorrea o rinitis o lagrimeo. De momento, los alérgicos están disfrutando de un leve respiro, ya que las últimas lluvias y el frío han contribuido a una bajada del nivel del polen, sin embargo, desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología advierten, se espera una primavera con unas concentraciones muy altas de polen.
Desde febrero ya se están dando avisos, pero ahora vendrá lo peor. Las alergias en general han ido aumentando un 10 por ciento cada diez años, y se calcula que para el 2020 cerca de la mitad de la población española sufrirá de alergias. En España, las alergias en primavera con causadas principalmente por las gramíneas, el olivo y la parietaria.
El polen no debería ser un problema para las personas, pero existe una minoría que reacciona a esta sustancia con una hiperestimulación del aparato respiratorio, que se refleja con síntomas estornudos, mucosidad nasal abundante, picor en los ojos...
Para superar o intentar llevar lo mejor posible esta primavera, los expertos recomiendan someterse a pruebas que determinen a qué sustancias una persona es alérgica para comenzar cuanto antes el tratamiento y utilizar, siempre con la supervisión de un doctor, medicamentos sintomáticos, como corticoides o antistamínicos.