Viernes, 19 Abril 2024

 


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sociedad

Las playas de Cabo de Gata dicen 'hasta luego' a 156 ejemplares de tortugas boba

La Consejerí­a de Medio Ambiente ha liberado hoy en la playa de las Amoladeras, en el Parque Natural del Cabo de Gata-Ní­jar, 150 ejemplares de tortuga boba de un año de edad, 5 de tres años y 1 de cinco años. La delegada provincial de la Consejerí­a de Medio Ambiente, Sonia Rodrí­guez,

quien ha participado en esta actividad junto a alumnos del colegio público Torre del Mar ( El Toyo, Retamar) y responsables del Acuario de Almuñecar , ha informado que esta suelta forma parte de los 273 ejemplares que se tienen previsto liberar en esta zona del litoral a lo largo de 2011 en el contexto del programa andaluz de reintroducción de esta especie, una iniciativa surgida a raí­z del acuerdo entre la Consejerí­a de Medio Ambiente y la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), y que se nutre de huevos de tortuga procedentes de Cabo Verde.

Como en ocasiones anteriores, las tortugas liberadas hoy proceden directamente del Centro de Gestión del Medio Marino de Algeciras, adonde fueron trasladadas tras su nacimiento en estas mismas playas hace aproximadamente un año. Según Sonia Rodrí­guez, de esta manera se logra que los ejemplares alcancen un tamaño adecuado y endurezcan su caparazón, con lo que "se garantiza una mayor tasa de supervivencia ante sus predadores naturales".

Del mismo modo, la delegada ha asegurado que la razón de rescatar a las tortugas cuando los huevos eclosionaron, en vez de permitir que se introdujeran en el mar, es garantizar su supervivencia. Además de ser más grandes, los ejemplares de un año de edad presentan un alto de grado de osificación en su caparazón, frente a la fragilidad de los recién nacidos que apenas pesan 20 gramos. El objetivo perseguido con la suelta definitiva es que las tortugas vuelvan a este mismo entorno para desovar cuando alcancen la madurez sexual, dentro de 15 ó 20 años, con lo que se contribuirá a fijar en la costa almeriense una población estable de esta especie amenazada.

El estudio de las tortugas marinas es complejo, dado que pasan la mayor parte de su vida en el océano, y aún quedan por revelar múltiples incógnitas sobre su biologí­a y comportamiento, por lo que este proyecto puede aportar datos relevantes no sólo sobre la tortuga boba, sino sobre el resto de tortugas marinas.

Todas las tortugas que forman parte del proyecto son liberadas con un chip subcutáneo que permitirá su identificación segura, y en algunos casos con un dispositivo de seguimiento mediante ultrasonido, que permite monitorizar su evolución en sus primeros momentos en el agua. Gracias a este seguimiento, se ha podido corroborar que las tortugas bobas alcanzan mar abierto con mucha rapidez.

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