Para llevar a cabo este trabajo, los investigadores trabajaron con una muestra formada por 504 mujeres de entre 19 y 70 años de edad, diagnosticadas y tratadas de cáncer de mama en el Hospital Universitario San Cecilio de Granada entre los años 2003 a 2008.
A todas ellas les practicaron una recogida de datos retrospectiva a partir de las historias clínicas, en torno a las cuales se obtuvieron datos como la edad de diagnóstico, el tiempo de lactancia y la existencia o no de antecedentes familiares de cáncer.
Se efectuó un análisis descriptivo de las mujeres que habían tenido hijos, frente a aquellas otras que no. El análisis de los datos muestra cómo del total de la muestra (504), únicamente 135 mujeres no habían tenido descendencia. Por el contrario, 369 mujeres habían tenido al menos un hijo.
Sea como fuere, los científicos de la UGR destacan que en la actualidad no existe consenso entre los investigadores acerca del papel protector del embarazo y la lactancia frente al desarrollo del cáncer de mama en la mujer.
No obstante, Cordero apunta que "es evidente que Los autores de este trabajo creen que, basándose en sus resultados, y en alusión a lo descrito por otros autores, la incidencia de cáncer de mama en los países desarrollados podría reducirse en más del 50 por ciento entre aquellas mujeres con descendencia si éstas proporcionasen más lactancia al pecho y por mayores períodos de tiempo a sus hijos. Más concretamente, si las mujeres amamantaran a sus hijos durante más de seis meses (algo que tiempo atrás solía ser lo normal), la incidencia de cáncer de mama descendería del 6,3% al 2,7%.
"La tendencia moderna a no amamantar parece ser un factor crucial para el reciente incremento de los tumores de mama", ha concluido esta catedrática de la UGR. Los resultados de este trabajo han sido publicados en la revista internacional denominada Nutrición Hospitalaria.