Cáritas apela a la solidaridad de los almerienses para ayudar a miles de familias necesitadas

La campaña de Navidad de Cáritas Almerí­a "Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir" permitirá seguir atendiendo a cinco mil familias almerienses. Todo para que en esta Navidad, estas familias tan necesitadas puedan tener un plato de comida caliente y puedan pasar unas navidades dignas. Al menos, que durante unos dí­as se olviden de la situación que viven.

Cáritas tiene como base en Almerí­a 212 comunidades parroquiales y 74 Cáritas parroquiales, coordinadas por los servicios diocesanos, situados en el número diez de la calle Alcalde Muñoz de la capital. Cáritas diocesana de Almerí­a atiende a estas familias gracias al trabajo altruista de 650 voluntarios.

Desde Cáritas explican que "una de las graves consecuencias de la actual crisis económica es el aumento progresivo de padres y madres que acuden a Cáritas demandando atención primaria como alimentación o ropa, lo que supone que nos veamos desbordados".

El lema de la nueva campaña de sensibilización de Cáritas tiene como eje principal la propuesta de caminar juntos hacia un nuevo modelo social más humano, evangélico y justo. El material de la campaña se ha distribuido por todas las parroquias de la diócesis almeriense, con el objetivo de llegar al mayor número de ciudadanos posibles.

Esta campaña, aseguran, "es de sensibilización y de captación de recursos, ya que Cáritas cuenta con el trabajo desinteresado de los voluntarios, pero los recursos económicos son insuficientes para atender al gran número de personas que se nos acercan solicitando ayuda, muchas de ellas en situaciones realmente desesperadas".

Por eso, continúa diciendo el Director de Cáritas diocesana de Almerí­a, "estamos invitados a vivir la Navidad como una oportunidad para cuestionarnos sobre nuestras elecciones personales y colectivas cotidianas, en relación con el consumo, la sostenibilidad y la utilización de los recursos".

La campaña de Navidad se enmarca en el nacimiento del Hijo de Dios en Belén y debe suponer, continúa Andrés Asensio, "un cambio radical de valores: vivir la sencillez". El propio director afirma que "vivir la sencillez es no necesitar muchas cosas para ser feliz, no cayendo en el consumismo; es tener más alegrí­a al dar o al compartir que al recibir, porque así­ descubrimos el sentido de la gratuidad; es vaciar el corazón de todas las cosas innecesarias que lo ocupan, para llenarlo del tesoro de la amistad y del encuentro humano con los demás; es sentir cercanas a miles de personas que viven injustamente en la pobreza".