La economía sumergida se le ha atribuido a empresas y autónomos tanto en cotizaciones como en altas tasas de dinero no facturado. La falta de empleo ha llevado a que los que actualmente han sido despedidos de sus empresas, sobre todo de la construcción, profesionales autónomos, empresas inmobiliarias, turismo y el cierre de pequeños establecimientos, a tomar la opción de trabajar en labores no declaradas en la Seguridad Social ni para Hacienda.
Cada vez son más los pequeños carteles que aparecen en paredes, farolas o cualquier espacio en la calle donde se ofertan y se demandan trabajos de arreglos, clases particulares, servicios de una forma individual y personal sin estar vinculados a ninguna empresa. Es la única fórmula para poder sobrevivir a esta crisis.
Sabemos que siempre han existido 'cartelitos' ofertándose para trabajar, pero se ha convertido en una decoración del mobiliario urbano de la ciudad...A ver si hay suerte y la cosa mejora.