Jueves, 25 Abril 2024

 


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sucesos

"Tranquila no vas a ir a la cárcel" se repetía Ana Julia según ha declarado el instructor del caso

Hoy miércoles 11 de septiembre ha tenido lugar en la Audiencia Provincial la tercera jornada del juicio del caso de Gabriel Cruz, una sesión que daba inicio con la declaración del capitán José María Zalvide, jefe de la Policía Judicial de la Comandancia de Almería, tras haber renunciado la fiscal, la acusación y la defensa a interrogar por videollamada al ex marido de Ana Julia Quezada, Miguel Ángel Redondo, tal y como estaba previsto en el orden de declarantes.
Así Zalvide ha señalado que  este caso fue declarado de alto riesgo desde el primer momento debido a que tras analizar la zona en la que se había producido la desaparición del pequeño se determinó  que no existían motivos para que Gabriel se perdiera  o se moviese en el monte porque no tenía a nadie con quien salir a jugar".
Es entonces cuando se decidió abrir varias líneas de investigación a la vez que se llevaron a cabo intervenciones telefónicas, consultas en campins y hoteles , realización de seguimiento de grabaciones de sistemas de seguridad y la consulta a posibles antecedentes de carácter sexual o violente de personas de la zona, además de estudiar el entorno de la familia.
Zalvide apunta que en un primer momento se sospechó de un hombre que acosaba a la madre del pequeño, pero se descartó, prosiguiendo en su relato de los hechos acontecidos donde ha indicado el momento en el que las sospechas se centran en la persona de Ana Julia Quezada. 
"El 3 de marzo, extrañamente, aparece en una zona que previamente ya se había batido la camiseta, la encuentra la posteriormente detenida  y esta asegura que es del niño. Había contradicciones porque ella dice que vistió al niño y la abuela dice que no, que no reconoce la prenda", ha apostillado.
Además señala que el móvil económico seguía sobre la mesa porque descubrieron que Quezada habría propuesto subir una recompensa económica ofrecida anteriormente y que cuando los padres no adoptaron esta medida en una rueda de prensa, se sintió "contrariada", según le trasladó la progenitora de Gabriel.
Tras su declaración ha sido el hermano de Ángel, padre de Gabriel el que ha apuntado que  le "llamó la atención" que, un día después de la desaparición y muerte violenta del menor, en la finca familiar de Rodalquilar,  hubiese contra la pared "una pala, un rastrillo y un hacha, ordenados, bien puestos, en línea, como cuando vas a un examen y colocas los bolígrafos en línea".
Continúa explicando que "me extrañó muchísimo porque Ángel no tiene herramientas allí. La pala estaba en otro cortijo que vendimos y del que se limpió todo para pasarlo a casa de mi madre en Las Hortichuelas", en respuesta a las preguntas de la acusación en lo que supone un primer apunte para intentar apuntalar que Quezada actuó con premeditación y supuestamente trasladó las herramientas al lugar donde tendría planeado cometer el crimen.
La defensa de Ana Julia, el letrado Esteban Hernández ha insistido en recordarle que en su declaración en instrucción se "limitó" a comentar que le "sorprendió que estuvieran tan apiladas" y ha intentado aportar su testimonio para que lo examinase el jurado popular, lo que la magistrada-presidenta ha rechazado al considerar que no había incurrido en "contradicción" el testigo. 
El hermano de Ángel Cruz, quien ha afirmado no recordar si le comentó este extremo al padre del niño, también ha señalado que Ana Julia Quezada era conocedora de que nadie iba a ir a la finca de Rodalquilar el día en que dio muerte a Gabriel porque él estaba trabajando, su mujer "de viaje de trabajo" y sus hijas en casa ya que la mayor "tenía décimas de fiebre".
Acto seguido ha prestado declaración el teniente de la Guardia Civil instructor de las diligencias del caso quien ha explicado que una de las cuestiones  que extraño mucho a los investigadores es el hecho de que  Ana Julia perdiese el móvil dos veces, una el día 2 de marzo durante una batida, y otro el día 3 en Vícar. "El teléfono desparece misteriosamente del vehículo en el que iba. Nos llama la atención", ha apuntado.
Las sospechas se centraron en ella cuando Ana Julia señaló a su expareja durante una batida en un lugar que no se encontraba en una "zona de paso", por lo que parecía que quería implicarlo.
Respecto a las preguntas sobre por qué no se procedió a revisar la finca de Rodalquilar en la que estaba enterrado Gabriel , ha explicado que no se entro en dicho lugar porque los familiares entraban y salían, que no había rastros de sangre ni de violencia y se seguía creyendo inicialmente que Gabriel pudiera estar vivo y retenido por un tercero.
El agente se ha mostrado rotundo al asegurar que Ana Julia "siempre asumía ella el protagonismo de las llamadas porque decía que Ángel no estaba en condiciones. Con esa argucia cogía ella siempre el teléfono, para hablar prácticamente en representación de Ángel" y "todo lo que le decíamos a Ángel ella lo acababa sabiendo, se iba anticipando a los planes que teníamos", ha apostillado.
También ha explicado que la acusada cambiaba de teléfonos constantemente, visitaba la finca "si no todos los días, prácticamente el 98 % de los días", que el hoyo donde lo enterró era un "espacio temporal para deshacerse del cuerpo" y que iba allí a verificar que ninguna "alimaña lo había desenterrado", aunque decía a la familia que iba allí porque le daba "paz y tranquilidad".
Ha apuntado que en el momento de la detención de Ana Julia  sólo llevaba 10 o12 comprimidos de relajantes musculares y sustancias similares y que en el posterior registro de su domicilio de Vícar donde fue detenida, se encontró cocaína.
 

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