Piden 20 años de cárcel para la joven que mató a su recién nacida tras arrojarla por una azotea

La Fiscalí­a Provincial de Almerí­a va a solicitar un total de 20 años de prisión para la joven de 25 años que, en marzo de 2011, arrojó a su bebé desde una altura de 20 metros después de dar a luz sola en la azotea del inmueble en el que residí­a con su familia. La acusada se enfrentará a una acusación de asesinato con la agravante de parentesco ante un tribunal de jurado, actuó con la intención de acabar con la vida de su hija y, para tal fin, se aprovechó de "manera deliberada" de la especial situación de "desvalimiento" de la recién nacida. En la noche del 15 de marzo, y tras comenzar a sentir los primeros dolores de parto, la joven subió hasta la azotea del domicilio familiar. Una vez allí­, se puso en cuclillas y por sus propios medios "sin ayuda de terceros", alumbró a una niña que nació viva, con "signos de madurez fetal y bien formada".

A continuación, cortó el cordón umbilical con "sus manos" y arrojó al bebé por el hueco entre el edificio en el que residí­a y el colindante, desde una altura de 20 metros. La niña falleció en el acto debido "a graví­simas lesiones craneocerebrales" que sufrió en la caí­da.

Según resalta el fiscal, la joven ejecutó el crimen "conociendo que sus actos eran adecuados para producirle la muerte" y subraya que se detuvo a limpiar la azotea donde habí­a dado a luz para, después, regresar a su domicilio con sus familiares, a quienes no contó nada de lo sucedido.

La acusada fue detenida por agentes de la Policí­a Nacional de El Ejido tras el avisó de los facultativos que le atendieron en el Hospital de Poniente, a donde acudió a las pocas horas del parto aquejada de fuertes dolores abdominales. Los médicos constataron que acaba de dar a luz y, al no recibir información por parte de ella sobre el paradero de su bebé, alertaron a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

El cuerpo sin vida de la pequeña fue hallado en un callejón situado en las inmediaciones del número 7 de la calle Maestro José Ruiz donde residí­an los familiares de F.K., quienes también fueron arrestados en un primer momento de la investigación aunque la instrucción descartó que hubiesen tenido implicación en el crimen o tuviesen conocimiento del embarazo.