Este grupo familiar basaba sus atracos en el abuso de la confianza que las personas para las que trabajaban. Así, una de las arrestadas era la encargada de limpiar las viviendas e informaba al resto del grupo de los sistemas de seguridad, los lugares donde se ocultaban el dinero y los objetos de valor y de la rutina de sus moradores.
Los datos que se recopilaron durante la investigación apuntaron a que los ladrones solían entrar en los domicilio utilizando copia de las llaves y no forzaban la cerradura ni hacían ningún destrozo en la vivienda, por lo que los agentes centraron las pesquisas en el entorno cercano a las víctimas, concretamente sobre el personal de servicio de la vivienda asaltada.
En los registros practicados en los inmuebles se intervinieron 94.000 euros, la mayor parte escondidos en una chimenea y doble fondo de armario, equipos de telefonía móvil, 35 piezas de joyería valoradas en unos 25.000 euros y diversa documentación de interés policial.
A los arrestados se les atribuye además otros dos hurtos desde el pasado verano, en otras dos viviendas propiedad de las mismas personas y en las que también trabajaron. En esta ocasión sustrajeron 20.000 euros en efectivo, y un collar de oro, aprovechando la ausencia de sus moradores. Entre los efectos recuperados se han encontrado diversos objetos de los que fueron sustraídos en los robos.
Los siete detenidos, de nacionalidad ecuatoriana y cubana, de edades comprendidas entre 29 y 50 años, fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Almería, cuyo titular decretó el ingreso en prisión de cinco de ellos como autores de sendos delitos de robo. Las investigaciones y detenciones han sido realizadas por agentes del Grupo V de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Almería.