El Juli cortó las dos orejas de su primero, al que cuajó tanto con el capote como con la muleta. Excelentes verónicas de recibo, galleo para poner en suerte, y quite por chicuelinas y tafalleras de muy buena ejecución.,que el público del Coso de Vilches aplaudió a rabiar. El torero castigó poco al toro en varas, con objeto de instrumentar a continuación una vibrante faena de muleta, iniciada con estatuarios, y con una base de toreo fundamental de mucha transmisión y muy buen son. Cerró labor con manoletinas y una gran estocada que dieron paso al doble trofeo.
Con las "lopecinas", ejecutadas casi a la perfección, caldeó la plaza El Juli en el quinto de la tarde, al que firmó una faena de poder, de torero de raza, de querer estar siempre, y con todos los toros, arriba del escalafón.
Metió al público en la faena por su tesón, pues el toro no estuvo a la altura. La estocada, tras un pinchazo, le permitió cortar la tercera oreja de la tarde en su haber.