El recinto Ferial se convirtió en la tarde de ayer en un verdadero hervidero de niños que con sus ojillos inquietos y radiantes iban de un lado para otro eligiendo en cual de las numerosas atracciones se iban a montar
Y es que como cada año se los niños han contado con su día especial de feria, donde todos los cacharritos, como así los llamamos los almerienses, estaban a mitad de precio. Una medida esta que alivio los ya dañados bolsillos de los papas, los cuales hicieron un esfuerzo mas para que así los mas pequeños pudiesen disfrutar de la feria a su manera, corriendo de un lado para otro mientras sus caritas mostraban amplias sonrisas al estar por fin montados en su atracción preferida.
Así tanto los padres como los propios feriantes arrimaban el hombro, unos bajando los precios y otros quitándose de otras cosas, para que los peques fuesen felices por unas horas y se borrara de la mente de todos esa temida palabra como es la "crisis".