La Guardia Civil de Almería, como resultado de la denominada “Operación Lararon” ha detenido a 6 personas, 4 hombres y 2 mujeres todos miembros de una misma familia. Todos ellos con edades comprendidas entre los 58 y 32 años por la comisión de siete delitos: Contra la Salud Pública, Defraudación de fluido eléctrico e hídrico, Uso y Tenencia Ilícita de Armas, Lesiones, Amenazas de Muerte, Daños y Atentado a Agentes de la Autoridad.
La Guardia Civil lleva a cabo la investigación a principios del mes de octubre, a raíz de una agresión y amenazas sufridas por una trabajadora del servicio de ayuda de personas dependientes, cuando realizaba una asistencia en una vivienda de la localidad de Vícar (Almería).
La víctima pone en conocimiento de los agentes que, en la vivienda colindante donde trabaja, hay una numerosa familia que le causa grandes dificultades para estacionar su automóvil, porque obstaculizan el acceso a las viviendas aparcando sus vehículos en el único carril transitable, por lo que decidió hacer una fotografía y elevarlo a los coordinadores de la empresa en la que trabaja.
El clan familiar al detectar que había realizado una fotografía, sin dar explicación alguna, empezaron a insultar y golpear a la victima hasta que le arrebataron el teléfono de las manos, por lo que tuvo que refugiarse dentro de la casa en la que trabaja desde donde pidió ayuda a su familia, quienes también fueron amenazados de muerte y agredidos con un palo de madera a su llegada.
Durante la agresión, varios de los detenidos golpearon con un martillo las ventanas del vehículo en el que la víctima y su familia trataban de huir, en ese momento uno de los detenidos se presenta con una pistola en mano y realiza dos disparos al aire sin llegar a causar heridos, finalmente consiguen escapar del lugar en su vehiculo y comunicar los hechos ocurridos.
Paralelamente, los agentes de la Guardia Civil ya habían iniciado una investigación sobre los detenidos al tener indicios racionales de que todos los miembros del clan familiar estaban utilizando la finca como lugar de cultivo, venta y consumo de drogas.
Una vez lograda la identificación de todos los agresores y en base a las líneas de investigación, la Guardia Civil procede al la inspección y registro de la vivienda donde se ha localizado e intervenido en todas las estancias, un cultivo de marihuana con 1576 plantas de marihuana y numeroso material utilizado para el rendimiento óptimo y aceleración del crecimiento de la plantación de cannabis.
Así mismo, los agentes comprueban la existencia de 8 enganches ilegales al suministro eléctrico e hídrico, que han sido neutralizados por personal técnico de Endesa e Hidralia.