La Guardia Civil desarticula un grupo organizado responsable de más de una veintena de hurtos a ancianos

Agentes de la Guardia Civil del Área de Investigación del Puesto Principal de Garrucha, en el marco de la operación “Septuagenario”, han detenido a 2 personas e investigado otras 5, desarticulando así un grupo organizado, que actuó prácticamente en toda la provincia, dedicado al hurto de joyas a personas mayores.
Esta operación ha permitido a la Guardia Civil esclarecer 24 hurtos de joyas, recuperando además 10 cadenas o cordones de oro, 6 cruces, 2 medallas y un anillo.
La Guardia Civil inicia la investigación a mediados de año, al detectar las actividades delictivas, en distintas zonas de la provincia de Almería, de un grupo que elegía como víctimas a personas de la tercera edad.
En el desarrollo de las averiguaciones, llevadas a cabo por el Área de Investigación del Puesto Principal de la Guardia Civil de Garrucha, los agentes detectan coincidencias con otros hechos similares denunciados en la provincia.
Hasta el momento, la Guardia Civil ha podido esclarecer más de una veintena de hechos cometidos en Adra, Albox, Alhama de Almería, Chirivel, Cuevas del Almanzora, Fiñana, Garrucha, Huércal de Almería, Huércal Overa, María, Roquetas de Mar, Tabernas, Vera y Vícar, no obstante los investigadores no descartan la comisión de otros hechos, todavía no denunciados en la provincia de Almería e incluso en las provincias limítrofes.
Los componentes de la red desarticulada se distribuían en grupos, formados por hombres y mujeres, que se desplazaban por toda la provincia, recorriendo pueblos y localidades, especialmente por zonas despobladas, aisladas o de poco tránsito.
Tras seleccionar a su víctima, una de las mujeres que forman el grupo llama su atención, preguntándole por alguna dirección, edificio público, hospital o ambulatorio, facilitándole ésta todas las indicaciones para que puedan llegar con facilidad a su destino.
A continuación, y con la excusa de agradecerle la información que acaba de facilitarle su futura víctima o aludiendo al gran parecido con su padre o madre, que viven en el extranjero, la mujer le da un efusivo abrazo a su víctima, a la vez que como muestra de agradecimiento, le ofrece una joya de bisutería, que ella misma le pone al cuello o en la muñeca. 
Es precisamente en éste instante, bajo afectivas muestras de cariño, y con la intención de ponerle el regalo, cuando las mujeres colocan la bisutería y sustraen la pieza de oro de la víctima, llegando a mostrar gran persistencia ante la resistencia de los ancianos, a la vez que actúan con tanta rapidez, que impiden su reacción.