Ha sido uno de los temas que más polémica ha generado en este primer trimestre de 2011. Muy pocos se mostraban a favor de la medida del Gobierno de reducir la velocidad límite a los 110 kilómetros horas. Incluso se llegó a decir, que era para incrementar la recaudación con las multas de aquellos que rebasaran esta velocidad.
Pero, el efecto ha sido todo lo contrario. Los radares fijos de Almería han registrado, en las dos primeras semanas del nuevo límite, 148 multas, un número que está muy lejos de las más de 400 que se registraron en enero y febrero.
Son datos del balance provisional que ha realizado la DGT, que calculan que, si todo sigue al mismo ritmo, se reduciría hasta un 40 por ciento el número de infracciones. La provincia cuenta con once radares fijos repartidos por su geografía, pero sólo cuatro de ellos están en tramos de la A7 y la A92.
Bajan las sanciones y a esto el Gobierno suma un importante ahorro energético. Cuantifica en 1.400 millones de euros la bajada del gasto en combustible. Esta medida ha dejado claro que sólo tocaba resignarse.