Un agente de la Guardia Civil de Huércal de Almería frustró ayer un atraco a punta de pistola en una sucursal de Cajamar en la urbanización Los Pinos. La pericia del agente para frenar la huida del delincuente y la llegada de las patrullas del cercano puesto principal impidieron el ‘golpe’.

El ladrón es un hombre de 63 años de edad. Tiene en su expediente una decena de antecedentes criminales por delitos contra el patrimonio, buena parte de ellos robos con violencia e intimidación. El delincuente accedió armado con una pistola y munición real a una oficina bancaria en Los Pinos, junto a la N340a. Eran las 8.10 horas y los empleados apenas iniciaban la jornada laboral.

El atracador apuntó a los trabajadores y reclamó el dinero en efectivo contenido en la caja. Aunque no hay confirmación oficial sobre el botín obtenido, fuentes del caso apuntan a más de 40.000 euros en metálico repartidos en fajos de billetes de 50, 20 y 10 euros fundamentalmente.

Con el dinero en su poder, el ladrón inició su fuga, pero topó de frente con un agente de la Guardia Civil que echó por tierra su plan. Como un duelo al sol en el oeste más cinematográfico, el atracador y el guardia civil cruzaron sus miradas a las puertas de la sucursal. Momento en el que el atracador elevó la pistola y encañonó al agente entre gritos, acelerado e inestable. “Como me sigas te mato, te mato”.

El agente acudía a unas prácticas de perfeccionamiento en el campo de tiro de Benahadux y, según fuentes de la Benemérita, además de su arma reglamentaria llevaba el chaleco antibalas. A riesgo de su propia integridad encaró al ladrón de frente y trató de calmarlo para evitar heridos y ganar tiempo para la llegada de los compañeros del puesto principal de Huércal de Almería, a sólo unos minutos del lugar del suceso.  “Intentó que el atracador depusiera su actitud, dejara el arma en el suelo y se entregara sin resistencia”, señalan fuentes oficiales de la Comandancia de Almería.

Sin embargo.  huyó a la carrera y comenzó a disparar al agente del Instituto Armado. Testigos aseguran que se oyeron varias detonaciones en la zona. Además, fuentes del caso destacan que, aunque no hubo un cruce de balas, la Guardia Civil realizó disparos intimidatorios al aire para frenar la huida del ladrón por las calles de Huércal de Almería.

Buscó entonces una alternativa. Se bajó del coche y con el arma en alto consiguió parar a una vecina y apoderarse de su coche en una maniobra desesperada. Durante unos segundos mantuvo retenida a la mujer, amenazándola de muerte con su pistola y tratando de intimidar a las patrullas que cercaban ya su posición.

Unos seis agentes rodeaban al ladrón a unas pocas calles de la sucursal de Cajamar donde se desató la escena y, finalmente, sin escapatoria, soltó la pistola y fue reducido sin heridos. El atracador fue trasladado a los calabozos de la Comandancia de Almería a la espera de su puesta a disposición del Juzgado de Instrucción número Uno de Almería, en funciones de guardia.

Se le imputarán un ramillete de delitos por el asalto a la oficina bancaria de Huércal de Almería:  robo con intimidación, detención ilegal, tenencia ilícita de armas, tentativa de homicidio y atentado.

La intervención de la Guardia Civil cobra mayor importancia en el contexto de  Los Pinos. Se trata de una zona residencial ubicada en el área metropolitana de Almería, domicilio de muchos trabajadores con empleo en la capital. Así pues, la nacional 340a soporta cada día el tráfico pesado en el entorno. Además, en los alrededores de la sucursal bancaria, única de la entidad Cajamar en la urbanización de Huércal de Almería, está ubicado el Colegio Agave, un centro de atención a personas con discapacidad, un parque y unas pistas deportivas.