Vecinos de Torrecárdenas se oponen a convivir con humo de cadáveres
Unas movilizaciones que única y exclusivamente, comentan algunos vecinos de la zona, buscan hacer llegar a la población de la zona los riesgos que para la salud implica vivir cerca de un crematorio. No entienden cómo van a vivir día a día con el humo de varios cadáveres diarios, con las chimeneas emitiendo vapores, humo, olores, toxinas, dioxinas, furanos y metales pesados. Temen que, con días o no de viento, mujeres embarazadas, niños o ancianos tengan que inhalar ese humo.
Denuncian, además, que a largo plazo será la población la que sufra enfermedades desde respiratorias a cancerígenas debido a los doscientos microgramos por metro cúbico de mercurio que se usa durante el proceso de la cremación de un cadáver, entre otras sustancias nocivas. Son los datos de los que disponen. Se han intentado documentar bien para iniciar estas protestas que ya están cogiendo forma, con salidas a la calle acompañados de pancartas y con peticiones de firmas. Cuentan, por ejemplo, con el Convenio de Estocolmo, firmado para eliminar las doce sustancias más tóxicas del planeta, una lista en la que aparecen los crematorios incineradores como una fuente de eliminación de toxinas, furanos y metales pesados a través de sus chimeneas.
Mientras tanto, el Ayuntamiento de Almería ha iniciado ya los trabajos. Estas nuevas instalaciones, que se ubicarán en la zona norte del camposanto, tendrán una superficie construida de 4.561 metros cuadrados, para lo que se realizará una inversión de 4.218.000 euros, que sufragará la empresa concesionaria, ASV, tal y como establece el pliego de condiciones.
El nuevo tanatorio-crematorio dispondrá de dos hornos crematorios, siete salas de velatorio, una capilla de 275 metros cuadrados, una sala aconfesional, sala de tanatopraxia, dos salas de despedidas, así como tres despachos de administración y una cafetería. Asimismo, se habilitarán 118 nuevas plazas de aparcamiento, lo que facilitará el acceso al edificio.